Aquel niño en mi clase,
Aquel dia lo esperaba por primera vez, un abrazo casi forzado por su singular contacto con los otros, alerta la mirada y el cuerpo con rigidez. Se mezclaron los pequeños seres en el grupo, se presentaron uno a uno con timidez, las miradas no se cruzaban pero el respeto por el distinto rubor de cada uno hacia identificable sus ganas de crecer. Honor me dio ser su docente, honor me dio ser la docente de tanto amor entre todos emanado casi sin querer. Ellos eran niños adolescentes, sus distintas clases sociales no les impidio reunirse y fundirse en las tareas en comun potenciando sus potenciales generosamente, leales juntos, reales juntos, felices juntos. Las risas no faltaban, la felicidad explotaba. La comunion de almas se tornaba superlativa. y al final de la clase ese niño de abrazo forzado supo abrazar , su mirada supo mirar, su sonrisa de despojada tension en el final de la clase anticipo lo que jamas ningun adulto pudo decir en clase: Me siento INVENCIBLE. que mas se puede agregar!
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