Cuando circunstancias, personas y sucesos me hieren o lastiman, en realidad me invitan a mirar mi historia y ver qué partes de mi no se encuentran sanadas, hacia qué lugar de mi pasado debo ir para limpiar e integrar los aprendizajes.
Si elijo tomar la invitación una nueva puerta se abre, y puedo dejar atrás todo sufrimiento, aceptando el dolor o la incertidumbre como grandes maestros para trascender cada vez más.
Si elijo decir NO a la invitación, entonces me convierto en víctima de esas personas, sucesos y circunstancias, perpetuando un círculo de sufrimiento que cada vez me atrapa más profundamente.
HOY
Elijo celebrar la vida!